Isla Negra forma parte del litoral central de chile, ahí, en ese misterioso y mágico lugar el escritor Pablo Neruda decidió en 1939 comenzar a instalar un sueño: una casa hecha y rehecha con la libertad que la imaginación del escritor le permitía.
Su casa es un gran juguete, como el mismo lo dice en sus memorias: "En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en el y que le haría mucha falta. He edificado mui casa como un juguete y juego en ella de la mañana a la noche."
Actualmente, las residencias de Neruda están administradas por la fundación que lleva su nombre, fundación que no hace más que continuar con su obra, fomentando la cultura, el arte desde todas sus manifestaciones y cuidando, protegiendo y mostrando al mundo su legado, su lugar, sus palabras...
"El océano pacífico se salía del mapa. No había donde ponerlo. Era tan grande, desordenado y azul que no cabía en ninguna parte. Por eso lo dejaron frente a mi ventana" dice Neruda para explicar la vista de un pacífico que se vé desde cualquier lugar de la casa.
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