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Historia Historia Precolombina

EL TABO Fundo, Balneario y Comuna

El Balneario de El Tabo fue levantado desde comienzos del siglo XX en los deslindes sur del fundo El Tabo y norte de la Chépica. Ambos, tomaron parte, a fines del siglo XVIII, de la Estancia El Membrillo que a su vez fue, terminando el siglo XVII, la porción sur de la gran Estancia de la Mar formada a partir de 1584 por ocho mercedes de tierra que la Corona española hiciera a conquistadores o a sus descendientes.
El primer título que contenía las tierras de El Tabo, fue el otorgado el 1 2 de septiembre de 1584 a Alonso de Córdoba, con 600 cuadras colindantes con la gran quebrada y laguna que hoy llevan su apellido. Alonso heredó esas tierras a su Ambrosio de Córdoba Y Morales según testamento de 1621. Doña Ana, hermana de este, recibió otras 600 cuadras al norte de la quebrada, las que pasaron a manos de un tercer hermano, Diego de Morales y Córdoba. Por herencias y compras don Luis de Las Cuevas y Morales, hijo del dicho don Diego, completó, antes de 1655, la estancia de La Mar con unas seis mil cuadras contenidas en las ocho mercedes de tierras.
Muerto don Luis en 1659, la estancia pasó a don Nicolás García Henríquez y después a don Alvaro Hurtado de Mendoza el que la mantuvo unos veinte años. La remató de sus bienes don Juan de Galeas en 1686, siendo este último de los grandes propietarios. En 1691, dotó a su hija María con la estancia de El Membrillo, al sur de la Quebrada de Córdova hasta La Cruz de Carén, cuando caso con don Francisco Valderrama. Los Valderrama-Galeas construyeron sus casas en el extremo sur constituyéndose en los primeros pobladores del futuro balneario de Las Cruces. Dividido El Membrillo entre dos herederas, tocó La Cruz de Carén a doña Josefa y el sector norte, que conservó la denominación de El Membrillo, a su hermana doña María Valderrama de Baeza. Este sector, entre las hoy quebradas de Córdova y de la Granja, volvió a segmentarse, esta vez entre fundos: dos en la costa y el interior que continuó denominándose El Membrillo hasta el día de hoy.
El 3 de enero de 1776, doña Paula de Baeza y Valderrama se adjudicó "una suerte de tierras nombrada El Tabo correspondiente a la costa norte de las tierras de su madre. Esta es la partida fundacional de El Tabo al registrarse por primera vez su nombre y emerger como una entidad independiente cuya forma conserva hasta comienzos del siglo XX. Corría desde la Quebrada de Córdova hasta la de La Chépica que lo separaba del fundo de este nombre, vendido poco después por la misma doña Paula a don Agustín Sotomayor.
La quebrada de la Chépica de conoció después como del Deslinde, o de los Estanques, y es aquella en que se construyeron los primeras estanques de agua para la población de El Tabo, desembocando al mar donde hoy se alzan las Torres del Pacífico y antes el Hotel El Tabo, Los Sotomayor vendieron La Chépica en 1827 a don Francisco Jorquera. Este vendió El Tabo a don Tomás Alvarez quien ya era dueño en 1S35, impuso este fundo una capellanía a favor de los curas de Cartagena y lo dejó en herencia a su esposa doña Margarita Santisteban. Viuda esta, testó a favor de su marido don Laureano Venegas en 1 859. El mismo año autorizó la donación de 8 cuadras a los Padres Franciscanos, quienes dejaron los cimientos de una capilla en la playita a la que cae hoy calle esmeralda, conocida después como La Poza del Cura. Venegas tuvo el fundo por 30 años y a su muerte lo remató, en 1 890, don Marcos Arrellano y Arrellano. Bajo Arellano suceden los primeros balbuceos del futuro balneario, cuando en 1895 cedió tres sitios, de 600 m2 cada uno, a su cuñado Miguel Augeraud y a sus amigos Juana Fariña y Miguel Comas, todos circundando la Poza del Cura. Doña Juana fue la primera en inscribir su sitio, el No. 60 del futuro plano, donde se levantó después la casa que fuera de la familia Díaz Jofré. Podría por eso considerársele la primera veraneante.
Arellano obtuvo dos mercedes de aguas en 1904 y falleció en 1906. Bajo la administración de su viuda doña Rosario Augerand, fue diseñada la planta del balneario según el plano que levantó su hijo don Carlos en mayo de 1909. En 70 hectáreas colindantes con el mar y La Chépica se trazaron 45 manzanas conteniendo 330 sitios. En 1910 permuto con fisco 6 hectáreas para colonias escolares por 5.400 metros de cañerías para dotar de agua a la naciente población, y hasta comienzos de 1912 vendió 144 sitios. El 13 de mayo de 1912 vendió doña Rosario fundo y población a la sociedad Armando y Víctor Celis Maturana. Durante tres años, los Celis plantaron 6.551 árboles, entre cipreses y aromos, construyeron dos estanques para el abastecimiento de agua potable, y vendieron 60 sitios. Liquidada la sociedad, don Armando que era propietario de cuatro sitios desde 1909, quedó como dueño único del fundo y balneario el 17 de junio de 1916. Su hermana Celínda estaba casada con don Marcos Arellano Augeraud desde 1903.
La prolongación de las líneas férreas, reforzó el atractivo de las playas del sector como lugar de descanso. Llegaban el tren hasta Melipilla en 1897, y fue estirado hasta Malvilla en 1910, permitiendo acceder a, en carretas, Las Cruces y El Tabo por el camino antiguo a Valparaíso. Este entraba al fundo El Tabo corriendo 4 kilómetros paralelo a la Quebrada de Córdova, camino que hoy lleva el nombre de don Armando Celis. En 1911 el tren alcanzaba San Antonio, y once años más tarde Cartagena, desde donde se continuaba a Las Cruces por el ferrocarril de Playa Blanca organizado en 1910 por don José Francisco Fabres y del cual era accionista el Señor Celis. Desde aquí. Se viajaba hasta El Tabo. El camino entre este balneario y las Cruces se inauguró en enero de 1923.
Las más antigua casa de El Tabo es la edificada por los Arellano, en la esquina de las futuras Avenida Carlos Monckeberg y Arturo Prat, en la terraza. Durante varios años
Del espíritu de la donación.
El fundo La Chépica, que dejáramos con don Francisco Jorquera en 1827, pasó a sus hijosJorquera Rojas, a sus sobrinos nietos Vásquez Jorquera, a doña Emilia Qrtiz viuda de unosde estos, a don Nepomuceno Fernández, a don Señen Jaraquemada y, 190B, a don José Francisco Fabres Ríos. Este, alcalde de Cartagena, diputado y ministro de estado, separó 32, 5 hectáreas en la costa, colindantes con la recién diseñada población de El Tabo, y vendió al resto del fundo a don José Antonio Matta. A este compró don Teófilo Cerda, quien vendió, en 1926, al propietario de El Tabo. Don Armando Celis quedó así como único dueño de la costa entre la quebrada de Córdova y La Granja incluyendo la parte no vendida aún de la población de El Tabo.
Don Francisco Fabres Larraín heredó aquellas 32.5 cuadras de la Chépica que pasaron a llamarse Las Salinas, y las aportó a una sociedad de este nombre que formó en 1928, para un desarrollo inmobiliario que continuaba el balneario hacia el sur. El plano de este nuevo sector se levantó en 1 939, consideró 37 manzanas con 237 sitios, y algunas de sus calles conservan los nombres de pila de los Fabres Larraín [José Francisco, Anita, Josefina, Teresa, Rebeca]. En 1927 se levantaron ya en Las Salinas las casas de los doctores Luis Molinare Reyes y Ernesto Prado Reyes y los señores Miguel Oñate y Eduardo Galllo. Don Armando Ureta Cienfuegos compró en 1926, la manzana esquina con El Tabo y la playa, y edificó más tarde su casa a contar de 1940 don Werner Ramcke convirtió en el Hotel El tabo por medio siglo, cediendo paso a la modernas Torres del Pacífico.
El 27 de julio de 1911 fue creada la Subdelegación de El Tabo, vigésima del departamento de Melipilla, desprendiéndola de la de Cartagena. Esa fecha ha sido dispuesta como la fundacional de El Tabo, cuyo 80° aniversario fue celebrado en La Casa de los Periodistas bajo la administración del alcalde Enrique Muñoz Cobaise.
El 28 de febrero de 1960 fue creada la Comuna de El Tabo, con cabecera en Las Cruces, cuya primera Junta de Vecinos quedó compuesta por los señores Sergio Alamos, Osear Herrera. Gilberto Llanos, Ruperto Vargas y Mario Errázuriz. Desde entonces, y hasta 1973, fueron elejidos regidores los señores Guillermo Celis, Gustavo Vargas, Enrique Lagos, Fernando Pacheco, Horacio García, Miguel García, José Hugo Domínguez, Eugenio Celedón, José Agustín Donoso y Julio Martínez. Después de ese año fueron alcaldes don Luis Gianini, antiguo docente de la Escuela El Tabo, don Enrique Muñoz y don Luis García.